jueves, 10 de septiembre de 2009

Educación.

Parece que no estamos a la cabeza de Europa en lo que a educación se refiere. ¡Claro!, como partimos con un retraso de treina años, es normal.

No tiene nada que ver las trescientasypico leyes de educación que hemos tenido, una por cada gobierno y cada color de cada gobierno, unas en contra de las otras. Eso, como diría un bachiller de hoy en día, es "inverosímil".

Tampoco tiene que ver que esas leyes pretendan que todos tengamos la misma eduación y que para ello lo que se haga es poner el listón en el que menos sabe. No influye que no se potencie la excelencia ni el sacrificio, no importa que con muchas asignaturas suspensas se pase de curso. Eso no tiene nada que ver. La culpa es toda del retraso, el retraso de treinta años del que partimos, ese lastre rancio y carca que nos dejó el franquismo.

Dejémonos de paños calientes y agarremos el toro por los cuernos.

Al nacer, no elegimos vivir en la familia Peláez, banqueros de toda la vida o en la familia Mengánez que se dedica a la compraventa de chatarra. No somos dueños de esas circunstancias que diría el filósofo y que condicionarán tremendamente nuestra existencia. Desde luego, el hijo de los Peláez tendrá más posibilidades de llegar a ser dueño de un banco que el de los Mengánez, por el simple hecho de que sus padres son de posibles.

Pero hay un modo para que los que apenas tienen puedan medrar en la vida, por salir del estamento en el que nacieron y esa posibilidad pasa por el estudio, por el ser mejor que los demás en un area.

Si el Estado proporciona becas, y da una educación de calidad el hijo de los Mengánez, sin un duro, podrá ser igual de competitivo que el de los Peláez, puede que sea mejor y más brillante que éste, pues para serlo sólo dependerá de si mismo, ni de su papá ni de su mamá, ni del dinero que en herencia le toque.

Pero para eso se necesitan becas y sobre todo una educación de calidad.

De nada sirve que un joven termine de manera brillante sus estudios si después la inserción laboral pasa por hacer un master privado que no puede sufragarse.

Una educación pública mediocre puede conseguir que todos seamos igual de mediocres, nada más. Y entonces serán aquellos que tengan posibles los que podrán pagarse esos master que les den la excelencia necesaria para ser apetecibles para las empresas.

Una educación que iguale a todos por abajo no hará mas que alimentar y agrandar la brecha entre ricos y pobres, dejará de ser un instrumento igualador para convertirse en instrumento que perpetuará a los poderosos en sus estamentos de poder.

Ni que decir tiene que si a esa educación que iguala por abajo se la adereza con 17 leyes de educación una para cada parcelita de poder, con 17 planes de estudios diferentes la brecha entre territorios se puede convertir en insalvable.

Por todo esto la educación es algo tan prioritario. Sólo con una Ley de Educación que garantice la igualdad de los planes de estudio, que se tome en serio la calidad de los mismos en todos los niveles, FP, Bachillerato, Univerisdad... podremos forjar un futuro de buenos profesionales y por lo tanto comenzar a ser competitivos.

Una cultura nueva de sacrificio, de amor por la excelencia, por las cosas bien hechas. Eso es lo que se necesita.

Así seremos todos verdaderamente iguales, puesto que se habilitará un modo para que cualquier español, con su esfuerzo pueda llegar a ser realmente bueno y valioso.

1 comentario:

josemaria dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo contu opinión,es más si en este pais en el que nos ha tocado vivir tuiera un poquito de sentido común por parte de sus gobernantes,no habría ni tan siquiera un chiquillo sin escolarizar,pero no solamente tiene la culpa el Gobierno Central y el Regional,sino el mayor CULPABLE es el gobierno municipal,que tiene la obligación del seguimiento del alumnado y,el que no va a la escuela,denunciarlo;pero como la policia local,se dedica a todo,menos ha hacer cumplir las Ordenanzas...,pues así nos va.