jueves, 17 de septiembre de 2009

Entrar en combate.


Corto y pego de "El Pais" las declaraciones de la Ministra Chacón.

"Si la pregunta es si existe violencia generalizada, la respuesta es sí. Si nuestros soldados corren un alto riesgo, rotundamente sí. Si entran en combate, sí. Cuando son atacados responden con contundencia", proclamó Chacón, aunque agregó que, cuando hacen uso de la fuerza, "anteponen la seguridad de la población civil a su propia seguridad".

Se agradece que la Señora Ministra hable claro. Pero entre sus palabras y el discurso oficial que en temas de Defensa tiene el Gobierno del Señor Zapatero, encuentro una clara contradicción.

No voy a caer en el fácil reclamo de decir que entrar en combate y estar en misión de paz son hechos que no pueden suceder en el mismo espacio-tiempo, pues "entrar en combate" es un concepto lo suficientemente ambiguo como para que poderse se pueda....

Quiero centrarme en el "responder con contundencia".

Es imposible responder con contundencia cuando no se dispone de herramientas contundentes. No es posible romper un bloque de granito con un martillo de platero. No ha lugar la contundencia cuando no hay un instrumento contundente de por medio.

Y esta es la realidad de nuestras tropas. Pueden ser atacados con cohetes, con minas y coches bomba. Pueden verse en medio de una emboscada en la que les lancen granadas, disparen con grandes calibres y ellos no puedan más que reponder con sus fusiles de asalto. Esta es la realidad y la realidad es esta debido a que en misión de paz no tiene sentido llevar determinado armamento.

Al eliminar la posibilidad de una respuesta contundente (o por lo menos proporcionada) llegamos a la fácil conclusión de que la capacidad de respuesta de nuestras tropas es limitada y acto seguido a que su seguridad se ve amenazada.

A la vista de estos hechos lo inmediato es preguntarse las causas, los porqués de esta desproporción.

Está claro que en las decisiones que toma el Gobierno pesa demasiado el temor a que se les acuse de ser tan belicosos como Aznar, que les acusen de estar enviando nuestras tropas a una guerra no declarada. Si nuestras tropas llevasen un armamento "adecuado" la sensación de lanzar a nuestros soldados a un conflicto armado sería mucho mayor y no se quiere correr ese riesgo.

Y así, para contrarestar la sensación de desamparo que tienen las unidades destinadas en Afganistan, sensación que cada vez con más fuerza comienza a calar en España, el Gobierno decide aumentar el número de efectivos desplazados. Pero, ojo, que aumentemos el personal no implica que la seguridad aumente. El silogismo engaña, pues la amenaza no viene dada por el número de los "rebeldes", viene dada por las tácticas bélicas y el armamento que utilizan.

Se ha antepuesto la conveniencia política a la seguridad del personal desplazado.

Una irresponsabilidad más de este Gobierno.

2 comentarios:

Pedro López dijo...

Se puede decir más alto, pero no más claro. Es exactamente así.

García Francés dijo...

Estimados amigos, una información publicada ayer en Periodista Digital sobre el uso de la redes sociales en nuestra lucha ciudadana contra el terrorismo. Saludos cordiales.

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