Para que una cosa sea esa misma cosa en Extremadura, en Cataluña o en Madrid. Para que no se politicen los contenidos a estudiar.
Para que las normales diferencias (geográficas, culturales...) entre territorios no se conviertan en la justificación de la desigualdad entre los ciudadanos.
Para que se valore lo común como la herramienta que permite el progreso de una comunidad plural.
La competencia educativa debe tenerla quien garantice la libertad y la igualdad en el acceso a la educación.
Hoy hay 17 sistemas educativos que no garantizan esa igualdad ni esa libertad.
Por eso es necesario devolver al Estado la competencia.
Hay un bien superior que merece al pena: una educación de calidad para todos.
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